martes, 11 de agosto de 2015

ESCRIBO…ESCRIBO PARA NO MORIR...

“Yo no vivo, ardo…
 Yo no lloro, yo lluevo…
 Yo no escribo, yo destilo…”

De las sesiones que he tenido hoy, me sorprende que las 5 han llegado de una manera u otra al tema de la muerte.  Una fue sobre  la muerte de una relación;  otra,  sobre la muerte de alguien a quien amó; otras sobre la muerte de lo que uno fue y ya no es más y al final hubo alguien que habló directamente de su miedo a desaparecer, a morir y no quedar más en este mundo.  Y entonces me puse a pensar sobre mi propio miedo a morir de todas estas maneras.   Y creo que este blog adquiere sentido cuando pienso que, en el fondo, lo que hacemos los que escribimos para que otros lean, es una manera de quedarnos. Necesitamos algo que nos haga sentir que nuestra existencia,  con nuestros dilemas, pensamientos, inquietudes y sueños, de alguna forma quedó plasmada para trascender el tiempo y el espacio.  Supongo que  cuando escribo, toda mi intencionalidad queda puesta en las palabras que plasmo y creo que así, algo de mi miedo a morir desaparece.   Me daba cuenta cómo en las redes sociales quedan testigos de nuestro diario vivir a través de las palabras o las imágenes.

El otro día también leía los poemas que escribió mi abuela antes de morir,  y fue precioso conocer cómo se sentía ella a través de sus palabras. Lo primero que pensé fue : “lo subiré a Facebook para que quede ahí abierto para todos y de esa forma mi abuela siga dejando huella a través de sus palabras escritas”.  Me conmuevo todos los días leyendo y sabiendo que alguien, como yo, estaba del otro lado de dicho escrito poniendo todo su ser en aquello y que hoy , me han tocado, seguramente sin saberlo,  sin sospecharlo.


Eso es escribir para mi, quedarme, plasmarme, destilarme y darme y al hacerlo algo de mí se resiste a morir, eso que sé que es leído por otros y al ser leído se queda en ellos.  Se queda en ellos no mi escrito, sino yo, y así muero un poco menos.   Me consuela pensar que exista esta forma mágica de rebelarme a las leyes del tiempo y del espacio y se me antoja invitarte a que cuando escribas, tú también pienses que, al menos de esta manera y por ese instante,  estás siendo etern@.    

sábado, 8 de agosto de 2015

LA PREGUNTA Y EL VACIO POSIBILITANTE

“Ten cuidado con aquello que afirmas… podrías encontrarte en un tiempo negando aquello que hubieras defendido con la vida misma”. Ernesto Spinelli.

Hace unas semanas estuve en Guadalajara en el 2º encuentro de psicoterapia Gestalt en México dando un taller al que llamé “EL ARTE DE NO SABER”.  Mi inspiración para este taller se encuentra en mi propio camino de vida y en tantas y tantas veces que me he mordido la lengua al descubrir que mucho de lo que he afirmado sobre mí, sobre otros, sobre el mundo, tiempo después es insostenible…. Como psicoterapeuta tuve muchos momentos (al principio de mi práctica privada e incluso sigo teniéndolos a veces) donde me aceleré a responder, donde di opiniones bastante categóricas o donde afirmé y declaré cosas con la fantasía de la seguridad de quien “sabe lo que dice”. 

Después vino mi primer confrontación con esta postura:  me divorcié.  Yo que había defendido a capa y espada el matrimonio, que había jurado ante cientos de personas mi permanencia en una relación hoy estaba fuera de ella, sin anillo y  sin tener claridad de quién era, a dónde iba o qué quería…. Y entonces cupo en mí la PREGUNTA, la DUDA y con ella la posibilidad de que llegara lo inesperado, lo hermoso  (o no tan hermoso) que no se me había ocurrido, lo sorprendente…  Porque cuando afirmamos, de alguna manera delimitamos, definimos y “fijamos” la posibilidad sin dejar cabida a otra.  

Con esto podrás pensar que cómo se me ocurre hablar de meras dudas, de puras preguntas, si la vida se estructura gracias a que se afirman o niegan ciertas cosas.  Y coincido contigo.  Necesitamos dar estructura para poder soportar la incertidumbre  y entonces nos creamos historias y fantasías de seguridad y de absoluta claridad y nos postulamos con aseveraciones fijas y “acertadas.  Si no afirmáramos nada sería imposible vivir…  Pero como se imaginarán,  mi interés en esto de la PREGUNTA se dirige principalmente al tema de  nuestras relaciones.   Ayer escribía sobre la posibilidad de ser “TURISTAS EN TIERRA SAGRADA” y descubrir al otro desde esta postura de total respeto y curiosidad.  Y justo de ahí partió mi reflexión sobre la PREGUNTA como una forma de estar en el mundo que permite ser observadores activos y abiertos a toda posibilidad de ser.  Una  persona que venía a terapia me dijo un día “es que si permanezco en la actitud de NO SABER al final terminará pareciendo que soy indiferente, desinteresada”.  Y ante esto pensaba que es diferente “no saber y no importarte” que “no saber y  querer preguntar porque te interesa”.  Y ¿cuál es la diferencia entre una y otra?   La verdad es que es  palabra aparentemente simple  pero  llena de profundidad:   LA PREGUNTA. 

La PREGUNTA es esta maravilla de nuestro lenguaje y de nuestro vivir en el que se manifiesta nuestra eterna búsqueda, nuestra conciencia de la finitud y pequeñez y nuestras ganas de siempre conocer más.  


La PREGUNTA en las relaciones es, a su vez, la posibilidad de crear encuentros llenos de sorpresa y descubrimiento.  Si reconozco que “NO SE  lo que la otra persona vive” y me intereso, entonces “PREGUNTO”.  Y pienso en la pregunta no sólo como  forma gramatical para construir una oración sino como la actitud de humildad e interés que me permite acercarme al otro desde la duda, la curiosidad y las ganas de descubrir lo que ahí hay.  Sólo que no olvidemos que  para que sea posible la actitud de PREGUNTA para cada uno de nosotros,  necesitamos aprender a soportar el hecho de que NO SABEMOS, y de que lo que escuchemos posiblemente no coincida con nuestros paradigmas o creencias… Y sobre todo soportar la apertura a la incertidumbre que tanto incomoda porque desajusta, porque invita al vacío posibilitante, al vacío en el que caben cosas que ni siquiera podemos imaginar.   Y lo desconocido suele asustar…. pero también puede transformar… 

¿Que preguntas te surgen si tratas de mirar con apertura a quien está a lado de ti? Si reconocieras que no le conoces…. ¿qué preguntarías?  

jueves, 6 de agosto de 2015

¿SEDUCIR O CONQUISTAR?

Siempre me he sentido conflictuada por la idea de la seducción como conquista.  Recuerdo a mis amigas diciendo "te tienes que hacer la interesante para que se pique y se quiera quedar"… Cuando escuchaba eso siempre pensaba: "¿De qué sirve que se interesen sólo por ego, por reto, si después de un tiempo, se terminarán conociendo como realmente son?".  Creo que al hacerlo de esta manera se abarata el encuentro, el amor, incluso la seducción.   Para mi la seducción consiste más en un encuentro de dos mundos que chocan y que si bien se transforman al encontrarse, ambos permanecen siendo tierra sagrada … Ser invitado a participar de la vida de alguien que te atrae es siempre un regalo, no un logro.   Me resisto a creer que el EGO deba ser el protagonista  de las historias de amor…  Cuando "SEDUCIR" a alguien se convierte en una conquista, entramos en terrenos de guerra, de ganar o perder, de dominar y ser dominado.  Seducir  no debería ser conquistar, como tantas veces se ha creído, sino ser un TURISTA en el mundo de esa persona que nos atrae para conocerle y descubrir su mundo con total curiosidad, admiración y profundo respeto de estar pisando tierra sagrada… 

Si tus esfuerzos se dirigen a "conquistar", ten cuidado, pues conquistar implica poner fin al mundo conquistado, tras una conquista, ese mundo suele quedar destruído.  Y justo aquello que te atrajo y que admiraste en un principio, tras la conquista podría desvanecerse..

Si conoces a alguien hermos@ y decides ser un turista en tierra sagrada, recuerda siempre qué te atrajo de esa persona y que estás frente a un ser libre y único que merece todo tu respeto y  ser mirado y descubierto con absoluto cuidado.  Si te invita a participar, siéntete agradecid@ y atrévete a hacerlo desde la curiosidad con la que conoces un nuevo lugar, con preguntas más que con respuestas, con ojos de admiración y de sorpresa.  Si lo haces así probablemente logres encontrar siempre algo maravilloso y esa persona se experimentará siempre libre y descubierta por ti.  Los grandes amores creo que parten de ahí.