martes, 7 de enero de 2014

Internet pone a prueba nuestra capacidad para estar AQUI Y AHORA




¿El que mucho abarca, poco aprieta? 

En la Psicoterapia Gestalt, tal vez conocida por muchos de nuestros lectores (espero….jajaj) , se promueve el principio del AQUI Y EL AHORA, entre muchos otros… Y es importante aclarar que por más choteado que ya se encuentre el pobre principio,  necesitamos admitir que su profundidad y valor no desaparecen por la popularidad que ha adquirido. La mayoría de pensadores humanistas se centran en el poder de enfocarse en el presente, de poner toda la energía disponible al "único tiempo que realmente existe" puesto que se supone es la clave para vivir "en plenitud". En la cultura oriental muchos lo viven incluso como una práctica religiosa. Bueno, Eckhart Tolle (autor del libro El poder del ahora) hasta lo nombra EL PODER. 
Otros enfoques no están tan de acuerdo y consideran que el presente jamás está en realidad pues es un continuo de pasados-futuros y mencionan que en el momento en el que ya estamos reflexionando sobre "el instante", ese "instante" ya se desvaneció y es un pasado sobre el que se reflexiona… 
Y tenga razón quien sea que la tenga, lo cierto es que el estar enfocados y con la conciencia abierta a la experiencia implica cierto nivel de presencia en lo que sucede en LO MAS PRESENTE QUE SEAMOS CAPACES DE PERCIBIR, valga la redundancia y cantinfleo.  En otras palabras, para poder hacer conciencia de lo que nos está pasando mientras experimentamos la vida como va pasando, requerimos una concentración específica que conlleva evitar perdernos en el pasado o en angustiarnos del futuro, por lo menos mientras estamos viviendo ese presente. 
Pero entonces, aquí andamos según nosotros queriendo vivir muy meditativos el  "aquí y ahora" y de repente nos topamos con el abogado del diablo de nuestro tiempo: la navegación en línea. El mundo virtual  que, sin duda nos ha abierto puertas a millones de espacios para obtener información, amigos, consuelo, cuestionamientos, influencias, modas, noticias y demás, ¿podría estar cambiando nuestra forma de procesar la información? ¿te  descubres a veces intentando terminar de leer una artículo al mismo tiempo que respondes un mensaje de facebook, terminas de escribir en word, y mandas un mensaje de whatsapp? ¿te has cachado dejando a medias varias lecturas o leyendo sólo encabezados? ¿Te cuesta más trabajo terminar libros ahora que hace unos años, cuando no tenías tantas posibilidades de navegación?  
No se si a ustedes les ha pasado, pero yo me he descubierto con una concentración dispersa, intermitente, casi casi en forma de link… me cuesta trabajo recordar dónde leí cierta frase, me descubro siendo atrapada por publicidad dentro de la página en la que revisaba artículos de psicología y terminé contestando una encuesta o navegando en sitios que, en parte, siento que no elegí tan libremente.  
Leía un artículo de Nicholas Carr, con el título "Nos está haciendo Google estúpidos, lo que internet está haciendo a nuestros cerebros" (Carr, N, 2008, Is google Making Us Stupid?) en el que el autor hace una reflexión interesante sobre la manera en la que podría estar cambiando, no sólo el número de amigos con los que contamos, o la cantidad de información que hemos "metido" en nuestro cerebro, sino también la FORMA de procesar la información, siendo ahora una forma rápida pero poco analítica y "sintiendo que ya sabemos mucho sobre algo" por que sólo leímos el encabezado de alguna página. 
Carr describe la dificultad que el mismo, y otros colegas, tienen para leer libros completos sin sentir que necesitan interrumpir, saltar de página o distraer la atención en alguno de los estímulos tecnológicos.  Utiliza la metáfora una vez fui un buzo en el mar de las palabras, ahora paso por la superficie como un tipo en jet ski, no logro adentrarme en las lecturas. 
Si este fenómeno lo pasamos a la experiencia del AQUI Y EL AHORA, los terapeutas, en especial los Gestaltistas, y todos en realidad, nos encontramos ante el gran reto de poder procesar la información a la velocidad en la que se presenta y al mismo tiempo adaptarnos y hacer ajustes creativos para poder centrarnos en la experiencia presente, tanto en soledad como en el encuentro con otros.  Suena fácil… pero si ya el logro de VIVIR EL PRESENTE es toda una maestría.. lograr  hacerlo en medio del ruido y estímulos de times square en nueva york o del metro en la ciudad de México, sería una mención honorífica de postdoctorado sin duda.
Nos dejo con algunas preguntas que me surgen, no para satanizar la maravilla de nuestro tiempo, sino para adueñarnos conscientemente de lo nos pasa con y a partir de ella  ¿cuántos artículos o libros en línea he terminado de leer realmente? ¿ con cuántas personas hablo a la vez en línea (por celular o computadora)? ¿qué tanto olvido lo último que estaba haciendo, a dónde iba o dónde dejé las llaves por  estar navegando en facebook mientras camino? ¿que tan presente es mi presencia frente a otros? ¿ juego con mis hijos con el celular en la mano? ¿ trabajo con más de 5 ventanas abiertas y salto de una a la otra? 

Desiree 

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